Faltos de perspectiva, nos preocupamos de
los nuevos títulos que los reseñistas profesionales vocean por doquiera. Como
si los “clásicos” no fuesen más nuevos, vigentes testigos del presente y
enunciadores del porvenir. Creemos haberlos leído y en realidad solo los leímos
hace mucho: volver a ellos es descubrir que la pluma sabia se ennoblece con el
tiempo.