Berlioz: Sinfonía Fantástica, I
Si hay que buscar un inicio histórico del Romanticismo musical, tal vez sea la Sinfonía Fantástica la que deba nombrarse. Es el comienzo del confesionalismo, pues Berlioz, que había leído a Rousseau y Goethe, traduce su experiencia amorosa al pentagrama; también es el principio claro del tema recurrente que crecerá con Liszt y se convertirá en arquitectura en Wagner.
Empieza la obra desgranando lentamente los sueños del artista, entre la melancolía y el arrebato. La música, ya leitmotívica, con el tema de la amada como melodía guadiánica, nos muestra, en cinco episodios, las confidencias del autor, amado y desamado, torturado y conducido al cadalso, con las pasiones como vestimentas de la orquesta.
Música programática con "argumento": desde el flujo del amor ensoñecido hasta un baile, una escena campestre, la marcha al patíbulo y el aquelarre.
Aquí está, con ilustraciones de Goya:
Empieza la obra desgranando lentamente los sueños del artista, entre la melancolía y el arrebato. La música, ya leitmotívica, con el tema de la amada como melodía guadiánica, nos muestra, en cinco episodios, las confidencias del autor, amado y desamado, torturado y conducido al cadalso, con las pasiones como vestimentas de la orquesta.
Música programática con "argumento": desde el flujo del amor ensoñecido hasta un baile, una escena campestre, la marcha al patíbulo y el aquelarre.
Aquí está, con ilustraciones de Goya:
Pinturas negras / Sinfonía fantástica
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