Mozart: Andante del C. piano nº 21
Tuvo Dante a
Beatriz, Petrarca a Laura,
Garcilaso a
Isabel, y Lope a Filis.
Amó a Lisi
Quevedo, Herrera a Luz,
Catulo a
Lesbia, y a Corina, Ovidio.
Cervantes le
dio vida a Dulcinea
y Larra cantó
a Armijo.
Envió Brahms a
Clara partituras
y Tediato resucitó
a María.
Por las anchas
praderas del dolor
fueron
Lautrec, y Poe,
Hölderlin y
Novalis, y Espronceda,
y tantos
corazones devastados.
Bien pudiera
haber sido la escritura
mi destino:
pero eres tú,
mi Oniria, quien entró
y saqueó mi
corazón a sangre y
fuego.
¡Cuántos besos
existen porque fueron
palabras más
que bocas encendidas!
Todos nacen en
ti y en mí
y somos su
esperanza
porque en
nosotros vuelven a besarse.
No es mucho
que sus vidas nos den vida
pues tanto en
ellos se gestó la muerte.