Visitas

Seguidores

jueves, 24 de noviembre de 2016

Respuestas desde la SEDE, 8: ¿Qué es el arte (I)?


Mozart: Requiem


Cuando Lázaro de Tormes se echa al mundo con ánimo de triunfar sigue el consejo de “arrímate a los buenos”. Pero no distingue, en su ignorancia, si los buenos lo son o lo parecen: y al suplantar el ser por el estar se deshonra en vez de honrarse. 
     Hoy, en el mundo del arte, todo el mundo continúa arrimándose a los buenos, aunque no se sepa quiénes son los malos. O quizá es que no hay malos artistas: si alguno no nos gusta o nos parece "malo" le basta con decir que no entendemos de arte o que no tenemos buen criterio. Además: los grandes popes de la mercadería, marchantes y vigilantes de la cultura de los ayuntamientos, diputaciones y otros romualdos fantasmas de la belleza enésima, lo avalan con currículos en trescientos masters en, por ejemplo, "Historia intelectual del aguacate", o "Incidencia del autobús en la paleta astuta", o "Presencia del esternocleidomastoideo en la pintura de los arrecifes", y algunas obras expuestas en el magnificéncico cubículo El corral de la gallina, sin que se sepa, tampoco, si fueron antes los huevos.
     Y como arte es todo aquello que un individuo dice que lo es, actualmente todos son artistas, poetas, músicos, novelistas, pintores... De modo que hoy existen más artistas que en toda la Historia del Arte: sencillamente porque basta con que un sujeto se llame a sí mismo "artista". Y son más originales que jamás: porque -dicen- desconocen la historia para no influirse por ella. Con tales premisas no puede dudarse: los museos, librerías, pinacotecas, salas de conciertos... están llenos de extraordinarios monstruos artísticos y adivinanzas artesanales. 
    Pues bien: así es en el hoy cotidiano de todo tiempo, y también en las artes de siempre y de hoy: ser artista o regirse por el fácil triunfo para parecerlo. Ser creador o artesano, artista o artistoide: Mozart o Salieri; Cervantes o Avellaneda; brocha gorda o pincel.