Aún
Oigo el ruido del cielo al caer: como una cripta
sobre la noche inmensa de tus ojos;
y arde en mi corazón un dolor frío
que todo lo convierte en muerte y ruinas.
La bruma oculta tu silueta, el índigo
color de las estrellas armoniosas
dibuja una pantera en la montaña
y el mar tributa un oleaje al vértigo
mientras el sol entona un madrigal.
Una rosa se embriaga de erotismo.
La majestad del llanto y sus arcanos
me empujan hacia el fin de la esperanza.
Todo fulgor desaparecerá.
Pero escucho tu risa y vuelve el canto.
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