Katchaturiam: Adagio (Spartacus)
Miénteme corazón, marchítame
En la arcadia del alma surgen sueños
y brotan los delirios que convierten
la vida en un infierno al no lograr
ser solo la materia del espíritu.
Encarnizadamente las estrellas,
banderas de la noche funeral,
acuchillan los ojos mientras yo,
seguido por los ángeles del cielo
y magmas del infierno redimido,
me afano en soliviar melancolías,
sueños, devastaciones, infinitos,
como si la palabra fuese un dios.
Pero el verbo solo es mitología
de cuanto no ocurrió ni ocurrirá.
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