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martes, 17 de junio de 2014

El abrazo lesbiano



Ella hundió sus pechos llenos en los pechos de ella y ella sintió cómo los pezones afilados turbaban su carne más exangüe, más marchita, ya sin mármol erótico. Ella sorbió el dulzor de su boca y ella lamió igualmente el néctar delicioso que goteaba en sus labios. La piel, las manos, las caderas: se enervaban igual que una pantera, y la fruición sexual languideció tras muchas dentelladas, escaramuzas, batallas y fraseos. Ella rodaba en el cansancio y ella jadeaba entre estertores mágicos. Una empezó a dormitar ronroneando y otra callaba sus rugidos íntimos. Ambas necesitaron en aquel momento que la otra irguiese un glande y penetrase dentromente de sí todo el calor de una eyaculación fingida tantas veces. 

            Ella se levantó, se vistió sin ducharse -para conservar como una prueba fiel el calor de la agresión amable-, se dirigió pensativa a la Sala de Justicia. A la nueva juez, joven y experta en tantas cosas, le debía aquel entendimiento. No había decidido aún cuál sería la sentencia. Pero ahora comprendía que una mujer podía, también, matar por el amor de otra.

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso