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domingo, 7 de diciembre de 2014

De sus labios colgaba un largo beso

Legado

Princesina se decidió, por fin. 

Había dudado mucho. Lanzarse a una aventura cuyo horizonte era desconocido, aunque sería ella quien ordenase su presente... 

¿Llegaría a conseguir la estatura síquica de Oniria?

Sin embargo, ¿por qué competir con una idea? Bien sûr: ni siquiera Oniria fue como es Oniria.

De eso se trataba: de no tener miedo a amar, de no temer enfrentarse al monstruo del fracaso, que, como toda bestia, se hace más grande cuanto más lo tememos.

Y llegó Princesina.

Y todo fue maravilloso.