Supervivencia
En lo alto de la cueva, o en la página,
trazo manos, palabras y bisontes:
doy fe de mi existencia, la prolongo.
Fuera nieva, y el frío se enfurece
como la fiera que me está esperando
armada con sus garras como muertes.
El sol asoma lento y sin fulgor
y un páramo es el día hasta la noche.
Alguna estrella canta: son sus ojos
las reverberaciones del silencio.
Un pájaro nocturno picotea
mi sueño y oigo el ruido de la hambruna
clamar que he de salir cuando amanezca
y matar o morir, cazar o ser
presa de cuantos matan con sus dientes.
Tal vez no vuelva: y aún no he acabado
mi obra en las paredes, mi rupestre
armonía, el mensaje de que soy
un preludio de Sapiens y de Dios.
Acaso alguno de mis descendientes
añada líneas y colores hasta
fundacionar la Historia de los pueblos.
Aquí estoy: sobrevivo, junto a Eva,
trazando garabatos metafísicos,
aljibes en el tiempo. Sé que un día
serán emblemas del que fui y seré.

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