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viernes, 27 de enero de 2017

Lo escrito y lo escribible (I)


Scriabin: Poema del éxtasis

1.- ¿Qué dice un poema y qué quería decir con él su autor? ¿Nos importa, nos interesa, nos abre una ventana diferente sobre nosotros mismos o sobre los demás...? ¿Está bien construido, se sobrepondrá a las modas, tendencias, escuelas, años, décadas...? En fin: ¿Qué hace que una obra resulte imprescindible y vigente?
     Difíciles respuestas para tales preguntas. Sin embargo, no tan inescrutables si nos preguntamos el porqué de la vigencia de algunos poemas que perduran tras los siglos. ¿Por qué siguen, señeros, HamletLa Gioconda y La Novena de Beethoven? Porque atañen a lo medular del ser humano y este los siente como un pálpito propio: porque quien lee se identifica con quien escribió. Y este escribió sobre inmutabilidades.

2.- Así pues,  ¿Por qué un texto mantiene su vigencia?
     Descartemos, primero, lo evidente: cuando los intereses circunstanciales se sobreponen a los esenciales la ceguera encumbra a la luz obras o autores que en seguida son desprestigiados y pasan de preferidos a preteridos. (Eso ocurre con tanto best-seller y tanto premio dinerario, y tanta confusión entre sabia escritura y opaca literatura). 
     Para saber cómo serán las obras que importen al hombre singular basta con mirar las que ha escogido el hombre plural. Aquellas en las que se identifica quien está leyendo y se dice, como en un espejo: soy yo. Y en ese yo palpita lo que ama y desama: amor, muerte, vida, temporalidad, alegría, tristeza… Todo cuanto rigen el eros y el tánatos.

3.- Muchos ejemplos hay de puro y perdurable biendecir. Concedámosle a cada uno, generosamente, la excelsitud. Supongamos que su arquitectura es perfecta, su música, intachable, su versificación, su léxico ... Todos esos y otros elementos han conseguido aunarse para que nada sobre y el conjunto nos diga contundentemente algo que nos importa como individuos sensibles y reflexivos, amantes de la belleza y de la comprensión del ser humano. Cada lector se ha visto en él o ha visto un fragmento de su identidad y la del mundo. Su autor talló un diamante al traducir a palabras la existencia y al conseguir que estas se tradujesen de nuevo en vida en quien las lee. 
     Bien: el lector que quiere ser autor se pregunta ante ellos: ¿Cómo surge el poema -una música, un cuadro-?