Copland: Fanfarria para el hombre común
Resulta alarmante que siendo el sentimiento, y no el pensamiento, lo que permanece por naturaleza en la Historia, y como factor común de la Humanidad, el hombre se aleje cada vez más de la poesía, que es la depositaria de los sentimientos.
Tristemente, me parece que no hay retorno en ese camino. La frivolidad ha impuesto su imperio –como siempre-, y solo el individuo -al margen de instituciones, pero ayudándose con ellas- puede entrar en ese mundo que la civilización, cada vez más alérgica a la cultura, ha postergado.
La cultura siempre ha sido un privilegio. Hoy los privilegiados reclaman su derecho a permanecer incultos: el único libro que leen se llama televisión; y en ese libro se ha escrito: “no leerás”.
Tristemente, me parece que no hay retorno en ese camino. La frivolidad ha impuesto su imperio –como siempre-, y solo el individuo -al margen de instituciones, pero ayudándose con ellas- puede entrar en ese mundo que la civilización, cada vez más alérgica a la cultura, ha postergado.
La cultura siempre ha sido un privilegio. Hoy los privilegiados reclaman su derecho a permanecer incultos: el único libro que leen se llama televisión; y en ese libro se ha escrito: “no leerás”.