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sábado, 1 de diciembre de 2018

El abrazo dulcífugo.


Anton Rubinstein: Melodía

En el amor lo más difícil es separar la verdad del amado de aquella identidad con la que lo hemos investido. Porque siempre el amor inventa su criatura. El amor es la fe que nos permite creer que algunas personas son héroes o dioses.
     Tal vez por eso, a Andrea le aterraba pensar que lo que aún no poseía desapareciese cuando ya lo poseyera, y que cuando la poseyeran se desencantarían. Temía el desengaño propio y ajeno. Su vida era una continua renuncia. Nunca había sentido la posesión y la pérdida reales. Existir era soñar y temer la existencia.
     Un día lo vio todo más claro: cobarde es aquel que no intenta ser valiente cuando la valentía es necesaria. En un instante decidió convertir su anhelo y temor en voluntad. Era tiempo de amar y, si era inevitable, de sufrir. En el mismo momento en que aceptó que su vida se había regido por el miedo, este desapareció y su energía se transformó en valor.


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