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lunes, 2 de abril de 2018

Fascinación de la inmortalidad


Malher: "Resurrección"

C. P. E. Bach: Oratorio de la Resurrección

Prefiero la creencia de que Jesucristo fue un hombre, y no un dios, porque, así, cualquier hombre puede creer que se comportará como un gran hombre. Si es que fue una deidad, ningún mérito tiene lo que hizo.
     Otra cosa es la utilización que se hace de una idea. Tal vez la atracción de este hombre radica en que se comportó como la personificación de la bondad del ser puro en la Naturaleza, antes de que, roussonianamente, la sociedad arruinase su genuinidad de criatura sin maldad ni intereses creados.
     ¿Que es una leyenda? Las leyendas nacen del anhelo y los sueños antes de que se conviertan en pesadillas. Por eso creo que el historial evangélico responde a la necesidad de crear utopías que combatan las distopías. 
     ¿Quién no quiere un bienestar? Sin embargo se prefiere un estado de bienestar confortable a un bienestar íntimo. El poder da pan y circo; el sosiego aspira a mayor sosiego. Que tal serenidad se alcance ahora o después, antes de la tumba o en ultratumba, no altera a quien ya sabe que solo uno mismo puede concedérsela huyendo de los que quieren arrebatársela prometiendo laureles superficiales y aguacates azules.



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