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martes, 27 de febrero de 2018

La bienquerencia.


Rachmaninov: Variación nº 18 sobre un tema de paganini

En el mundo hay manipuladores y manipulados porque todos somos elásticos y maleables. Y es buena esa condición de nuestra conducta, y aun de nuestro carácter. Lo malo es cuando una frágil personalidad se deja extorsionar por el manipulador: entonces tememos que quien desea aconsejarnos para bien también nos quiera hacer esclavos de su manipulación.  
     Las cosas no ocurren en el mundo: suceden en nuestra mente: son como las percibimos. Si quien amó mucho sufrió igualmente mucho, se negará a amar de nuevo y dirá que todos los hombres, o mujeres, son igualmente detestables. Por el contrario, quien fue feliz amando sentirá que todos los seres humanos son maravillosos. Naturalmente, ni una ni otra cosa son ciertas: hay buena y mala gente, y toda buenamente o malamente egoísta. 
     El egoísmo tiene mala prensa porque conlleva el desinterés por los demás. Pero si todos fuésemos buenamente egoístas querríamos lo mejor para nosotros y, por lo tanto, para todos: porque, en buena medida, cada uno somos lo que piensan de nosotros, y nadie en su sano juicio quiere ser malquerido; de modo que todos daríamos lo mejor de nosotros mismos para que, siguiendo el impulso de reciprocidad, cuanto recibiésemos fuese lo mejor.

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