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viernes, 15 de agosto de 2014

El abrazo miráculo


Después de cinco divorcios y cuatro cesáreas, Gloria descubrió que lo que verdaderamente amaba era ser esposa de Dios y madre abadesa de un alto monasterio; así que acabó con sus glúteos asentados en la abadía de Tierrasanta.

Al mismo tiempo y por las mismas fechas, con seis ex-matrimonios a sus espaldas, Cintio decidió dedicarse a su verdadera y oculta vocación, que era hacer oposiciones para arzobispo de Constantinopla; y se puso a constantinopolitanizar por doquiera, enormemente y fecundo. Solía decir: Zeñora, ez uzté el mejor afrodisíaco.

Como la realidad es más inimaginable que la fantasía, ambos consiguieron sus propósitos, además de encontrarse y vararse el uno frente al otro en un místico coito imperturbable.

El mundo todo es máscaras -decían las dioptrías-. 

Pero todavía resulta más increíble que haya personas e instituciones castradoras de la sexualidad, pues es tanto como abolir el primer principio de la Naturaleza, que es el instinto de supervivencia y el equilibrio emocional.

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso