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jueves, 15 de junio de 2023

INFRINGIR LA NATURALEZA

Milhaud: La creación del mundo

En demasiadas ocasiones el ser humano, deshumanizadamente, se ha propuesto embutir la ciencia -los hechos comprobados, los silogismos... - en los criterios deducidos de las opiniones, siempre meros resultados subjetivos, extraídos de las "verdades" interesadas. Esto tiene un nombre común: obcecación, ignorancia, dictadura. Pero las realidades no pueden estar diseñadas o encorsetadas por las teorías sobre ellas. Que el tiempo haya ido poniendo las cosas en su sitio no anula los males, cruentos o no, provocados por esas contumacias.

Las leyes del movimiento aristotélico negaban la evidencia del movimiento real por seguir a Aristóteles, que era una Autoridad. El heliocentrismo galileico fue rechazado porque Ptolomeo y la Iglesia teocentrizaron la mente. Que Dios fuese y sea el concepto que de Dios tenía, y tiene, cada hombre y cada teología, y que cada error sea consecuencia de un deseo de acertar, no disculpan los males producidos. Y lo peor es que ni siquiera sirven como premisas para concluir que no hay que volver a cometerlos.


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